Poemas

miércoles, 14 de marzo de 2012 0 comentarios


Poemas de la última salida - Elder Silva

La poesía es un gorrión
bailando en un cable de 220
 y eso es todo
¡no insistan!
la poesía es un pájaro que tiembla


Champú
Con tu partida
no se acabó el verano,
ni primaveras ni otoños
dejaron de moverse,
ni aquel acantilado de
basura
se evaporó del barrio.


Pasaron los carteros
y los tauras, 
los vendedores de gas
y los delivery.


Los buses recorrieron 
el barrio como siempre
y la vecina del tercero
no preguntó por vos.


El mundo no se paró 
con tu partida. 


Solo ese frasco 
de shampoo Sedal para
cabellos secos,
en el baño
da cuenta de tu ausencia.
Porque a decir verdad,
ahora que no estás,
¡no se termina nunca!



Poemas de la cuarta salida - Leonardo Lesci

Río de la Plata


El río de la plata está bajo e ingreso en él por el lado ciego,
el agua merma
todavía más
como una mujer penetrada por los pasos de un baile bizarro.


El río de la plata está bajo y por él avanzo.
Quisiera llegar al eje de las dos orillas, quisiera llegar al río mismo que está en el barro
tal vez
en el barro

Rabiosamente avanzo por la arena hacia la liviana melodía
hacia el sexual garabato de las formas

El agua da paso como si fuese avanzada por un hombre  
timonero de carne

el agua cada vez es menor
pero quedan indicios de que alguna vez estuvo

el río de la plata está en el centro porque en sus orillas
el río de la plata está bajo

el río de la plata es un plato vacío del mar

De las dos orillas surgen luces que confirman que estamos en el Plata.
Yaceré sobre ciénagas el tiempo que sea necesario.
*  *  *

Sé que esta es la lógica del tango pero yo hablo de otras razones.

Una bióloga porteña me dijo un día que el río de plata era una gran palangana de sedimentos asquerosos
Le hice caso. Prometí que no escribiría más poemas platenses.
Desde entonces solo digo palabras que retumban en un charco.
Por ejemplo:
El río de la plata está bajo y me alienta –rabioso- a caminar por él
hasta ser succionado en el lodo de sus dulces arrabales
y entro
por su lado ciego
con prolijos pasos a la silueta fangosa de la noche
y entro
porque el río está bajo
y el agua da paso como si fuese una mujer rendida ante la muerte. 


Poema de amor
  

Serás como una poesía atravesada por ángeles me dijiste en una letra que se extendió sobre mi cuerpo,
en una escritura hecha de flores y animales que eran del cielo dulces bestias
serás una poesía atravesada por ángeles dijiste en el cuerpo de mi vida que eran los sonidos de la lengua y así mi cuerpo comenzó a escribirse:


el amor violento del que suelo hacer uso selecciona este monte de la bahía
el sexto monte de la bahía mirando de este a oeste
para el nacimiento
pero las coordenadas geográficas y los registros espaciales de la bitácora que tan bien ordenan el camino no saben del libro con que se escribe la  vida de arena

Todo ángel es terrible cuando posa su boca eléctrica en la losa plana del origen
sin embargo
serás como una poesía cargada de ángeles dijo
e hiciste caso
porque el amor es violento aunque quiera disimularse
desde esta bahía
monte sexto de este a oeste
el amor es violento como un ángel

cuando inclino la mirada hacia la noche enamoro instantáneamente
y un desequilibrio de ausencias fatigantes
suenan en el espacio
con lamentos


Serás como una poesía atravesada por ángeles sentenció pero las letras hechas de pétalos se dispersan en la piel de arena
y la traza indescifrable es música
gestos divinamente endiablados
músculos de un dios sorprendido

Todo ángel es terrible cuando suspende y aloja sus labios en el líquido negro de la noche
sin embargo
serás como una poesía atravesada por ángeles dijo
e hice caso
como los rayos penetrar al mar
como el río fragmenta la pradera

-monte sexto de la bahía visto de este a oeste-
como
…la sangre astilla los ojos
serás poesía de ángeles atravesados
a pesar de la muerte …
la belleza verá sus formas más
excelsas de la desgracia
Todo ángel es terrible cuando respira la nieve del plato oscuro de la noche
hasta la última humedad de la planicie electrizante

Todo ángel es violento como el amor



Candombe

 Yo deseaba una morocha que vibrara
una de esas mujeres embarradas
que atravesando el Plata –quién sabe de qué acorazonada región- se sumergieron en la piedra rítmica del sur
que abrazadas al murmullo de una noche ofrecen una sonrisa protectora
una sonrisa como un telar de flores
una sonrisa como racimos de alegría
una sonrisa como una puerta al infinito
deseaba una
sonrisa como un gesto humano como un brillo de la carne.


Yo deseaba una morocha que vibrara
incandescente
en éxodo de cuerpos al infierno
tras el horizontal camino de cueros percutidos
el deseo de
una morocha que vibrase

y abrazada a la noche de la piedra rítmica siluetease en la calle un río quebrado
-como una sonrisa protectora-
yo deseaba una morocha que vibrara.


Hoy es el día de la virgen


los resplandores que ves en esta piedra helada al sur
los ecos del barro eléctrico 
el gesto atrevido en el agua
las muecas en los ojos cuando vieron la luz en una orilla oscura y silenciosa

los nervios del barro cuando el río se supo mar
la incontinencia del mar que se supo río

un pentagrama acuático de melodía fronteriza

Hoy es el día de la virgen
y el río abre espiritual
como puente luminoso sobre el cimiento de las cosas,
el maculo del sur
se licua
sobre el músculo hidráulico del planeta
y pronto será música

Hoy es el día de la virgen
y conviene que ericemos los ojos en la miel de la crisis
antes que las ciénagas virginales
levanten rejas místicas

no hay viacrucis capaz de entender la flagelada forma con que la virgen estaciona sus piernas en el lodo
sus
virginales olas humedecen el ánimo


Hoy es el día de la virgen
también
en este valle laico de gestos
en la noche plástica de los excesos
el día de la virgen en mi cuerpo
el día de la virgen
como una imagen profanando mi ser.


Poemas de la tercera salida de Ruth Kaufman


No vendemos chorizos caseros
No vendemos gurisas en cueros
Margaritas o chanchos en cuotas
La caricia del viento en un cero
Dentaduras hechas pelota
Lluvia vientos granizos heladas
No vendemos cigarros Nevada

Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada
Vendemos
Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada

Nada es nuestra palabra
Nada es nuestro silencio
Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada
Somos
Solo somos
Solos no somos nada
Pero naaaaaaaaaaaaaaaada
Somos

-------

Corazoooooooooooooooooon
Un corazón
Un corazón sincero
Un corazón sincero que no se bifurque
Corazoooooooooooooon

Al menos un momento
Acá no importa el vento
Pasado y ambición
La música entrevera
Y en su remolino lleva
Lejos la soledad
La música entrevera
Y en su remolino lleva
Papeles, uñas pintadas,
arrugas, billetes, ideas,
vaivenes,
patadas,
hebillas, fobias, credos, cruces,
manías, sabores, recuerdos,
bolsillos, acordes, eses, erres, caricias, cariños, cargas, caídas, levantes,
y en su remolino lleva
Lejos la identidad.

-------

PescadOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOr
Todos los viernes,  el pescador alarga las o
, cantor de ópera  en esos segundos. 
Lo oigo  desde la mesa, la cocina, la barraca, el almacén.
Ni un vecino del Real escapa a sus vibrantes oooooooo
Con las que mete en oídos y heladeras

su patí, bagre blanco, chancho armado,
 sábalo; pescados frescos de río prontos para freír.

No intercala a Zitarroza como el vendedor de la bolsa de papas,
no tiene voz de locutora liquidando la tienda El Triunfo
no pasa marcha como las guías de Antel
pero
 la desmesura de sus OOOOOO  nos inspiraron.
Hacer del altavoz un medio, volver parlante la poesía
 que yire por las  calles con el volumen prepotente que conviene al pregón.


Corazoooooooooooooooooooooooooooooooooooón

-------

PescadOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOr
Todos los viernes, de una manera francamente exagerada incluso para el género pregón, el pescador alarga las o, cantor de ópera en esos segundos.  Lo oigo  desde el escritorio, la cocina, la barraca, el almacén. Ninguno vecino del Real escapa a su temible vibratto con el que mete en los oídos y –  en innumerables heladeras - su bagre blanco, su patí, su chancho armado, su sábalo; pescados frescos de río prontos para freír.  No intercala a Larralde como el vendedor de la bolsa de papas, no tiene voz de locutor como el de la tienda El Triunfo ni pasa marcha como las guías de Antel pero la desmesura de sus OOOOOO  nos inspiraron.
Hacer del altavoz un medio, volver parlante la poesía, que yire por muchas calles con el volumen prepotente que conviene al pregón.
Contamos con el factor sorpresa. Se supone que es, al menos, la mitad de su función.

Poemas de la segunda salida



Sebastián Rivero




esta Polis 



llamada 
Leviatán 


llamada
Contrato Social 


llamada
Dictadura del Proletariado 




esta res (o vaca) 


pública 




da tajadas (diferentes) 




a todos. 


***************


la educación destroza la sensibilidad 


crea hábitos 
fascistas 

populistas 


(¡viva el pupitre individual!) 




guitarra negra 


lógica del matadero. 





(del libro inédito Respública) 

***************

la piedra en la imagen fotográfica


a Martín Adán

pero si la piedra donde
el visitante pisa y pasa
el aluvión gris
precipitado en fango
nada ya retiene
ni lamento ni dolor
ni podredumbre
ni tiempo ya
ni siquiera tiempo
mientras el turista
consagra el instante
con su cámara
y pisa y pasa
pero estas piedras
que palparon el tiempo atroz
agonizante
se convierten ya
en lustroso espejo
del instante fotográfico
que se pisa y pasa
porque desde las alturas
de machu picchu
a esta austral ciudadela
todas son piedras
amontonadas para la kodak
- dijiste -
para no saber donde
comienza el yo y el sentido
deambular como los otros
ser un turista más
entre los gringos
-dijiste-
ya nunca más
preguntarle a las piedras
y a su tiempo muerto
por qué el instante
ya ahora
y en los ahoras que sigan
- pisa y pasa dijiste –
negará cualquier razón
cualquier palabra
porque sólo la piedra
en la imagen
fotográfica
es la verdad.

Otros poemas de Sebastián



el anunciado 


a  Jacobo Fijman 


la mortaja callada en los labios 
con la ansiedad y la angustia 
repasas sólo  la vida más allá 
de los muros
ves el deambular de los cuerpos sin alma 
dentro tuyo todo ha pasado 
y el invierno invade la ciudad 
allí dentro, en el Borda
es blanco todo
las noches blancas
los días blancos y sin espera 
y dios lleva pilcha de loquero 
y aunque te hagas la señal de la cruz 
los molinos van a darte contra la quijada 
y no serás ya más, no 
el anunciado, el amado de los dioses 
no serás más el  lector de Santo Tomás 
el que descifra en los cristales de las iglesias 
el resplandor de mártires iluminados
el cristo rojo de tu sangre  
ya estarás muerto mirándote al espejo
preguntando donde está la vida, quién eres tu, 
quiénes aquellos, quién el otro, que te acecha en la ventana 
miras tus manos dibujando la curva del destino (estás viejo)


estallarán en tus ojos las imágenes 
afuera, dentro tuyo, en todas las ciudades 
seguirán rondando los enfermos.  


***************


una ciudad derruida 


crisantemos de estopa 
oro ácido, o terciopelo 
bocanada de sombra 
y placer desvelado en los cristales
las entrañas se sienten 
como una ciudad derruida 
bajo la piel 
floración absorta 
recorriendo 
los circuitos de la sangre 
elementos vegetales
pudriéndose sin perfumar 
metales oxidados 
cuervos de pelambres muertas 
la osamenta es un animal 
que respira.  


***************


del verde al incendio 


osamentas calcinadas agonizan 
donde los años 
(ya que no estos ojos) 
el bosque vieron 


(en humo los pinos se evaporan 
la humedad relumbrante 
en negro muñón de tierra 
yace) 


no hay distancia 
de la sombra a la sombra 
en la espesura 
de lo verde al incendio 
no hay distancia, si en un 
instante exhala, quema, se apresura 
como estos años, estos ojos 
que la sombra envolverá en cenizas.




Melissa Pozzo

  I.


Tomo la palabra


    aquella


      la que pronunciaste




  quisiera asfixiarla
    
    -impronunciable-


      me la trago




  Mis papilas gustativas
    
    se expanden


      -agridulce caramelo de morfemas-




  como todo lo efímero


    desaparece


      cuando quiero que resuene.


…………………………………..


II.


Donde se esconde


la mujerzuela alada




sus cosquillas


en mi garganta




ya no aletea mi voz


-polilla del pensamiento-.



III.


La noche 


se hizo puño                     
sobre mi voz


    
 hematoma 
 sin lenguaje
           
 mujer 
 desapalabrada                                     
 soy




La palabra


son los otros
                    


Yo


soy la afasia.


……………………..


IV.


carne
es un sustantivo débil


mujer u hombre
términos inexactos


solo la palabra


solo


la palabra


puede ardernos


- léxico de la piel
sin diccionario-


……………………………….


V.


Cómo nos gusta


esta tarde de otoño


el recuerdo a deshoras


y la vida     que pasa


-palimpsesto  prohibido


entre tus manos-.


………………………


VI.


Que alguien se coma mi vacío


se lea mi diccionario    sin pasos


de palabras    sin audacia


se duerma    con este dolor sin decisión


y se despache la culpa   


por un amor mal curado.


…………………………………………


VI


Otra mujer duerme bajo mi piel


- memoriosa dermis mágica- 




Huracanes de otros tiempos


                  de otras tierras:


historias épicas de poderosas afroditas


la despiertan  
                   de tanto   
                                en tanto




Y me declara                       una guerra
       



Toditos los poemas del mes de marzo



Elena Lafert


Movimiento de las palabras

como peces nadando
en mar de brumas
van mis palabras

a la deriva


 Movimiento del agua

desde mi balcón
me lleva el río
de ola en ola
hacia el horizonte
para ser parte del mar

en la orilla
silban
las agujas de los pinos

y la llovizna
marca el agua
con el color del retorno

 La suave curvatura

después de un viaje pude recordar
el hogar
siempre estuve escribiendo
una canción de la infancia
que amaina los dolores
estampada en hojas de seda

se desvanece

cuando termine de llover
se habrá ido el verano
en la suave curvatura/
de un ala

  
La vieja magia

al fin salió el sol
pero adentro
todavía no llegó

-tal vez tu adentro está afuera- dijiste
y con tan poco
se hizo una luz


Movimiento de relaciones ocultas


bajan pájaros
a comer / en bandadas
alejan el frío

como sucede
cuando dibujo
palabras en tus manos

buenas noticias
árbol se llena de hojas
                                                                      tal vez  porque en cada mano
escribí mimo


ahora escribo
roce de espuma escalando tu cuello
seda en el lóbulo de la oreja
malabar de la noche en el arco de la ceja 
el perfume de fresias
flota en el jardín

urgente y próxima tarea

 reescribir el mundo



Movimiento de los límites

año tras año
la enredadera

en un acto de magia

borra el límite
de mi jardín


Separación

la vereda blanca de azahares
separados del pomelo
cuerpos rotos pisoteados
perfume que persiste

soy prisionera
de las distancias


 
Poemas de Luis Carro



Canción de Antonio


Antonio, mi tío violinista,
los sábados de noche salía
-estuche y traje negro-
rumbo a aquellos bailes de galpón
en parajes perdidos,
o a las quermeses a campo raso,
con la pista regada y paredes de bolsa.
Campana,
Tres Esquinas,
Costas del Colla,
Paraje Sarandi,
Vecinos
a caballo o en forchelas,
la eternidad pactada entre tangos y trillas.
Con el lunes a cuestas,
Antonio, mi tío violinista,
volvía
- traje y estuche- silbando
“Caminito” o “El Choclo”,
herido de rocío
como un gallo aprendiz
celebrador
del alba.

Los recuerdos no existen

El tiempo , perro estúpido,
da vueltas sobre su propia sombra,
mordiéndose
la nuca.
Aquí
sobre esta mesa
que hace cuarenta años era pájaro,
hoy pulso
una cuchara de sopa,
la que usaba mi madre,
y vuelvo a oir  su voz, su paso de gaviota
picoteando en las rocas,
su  risa de lentejas,
señalándome que si ella sigue allí
no es un recuerdo
-los recuerdos no existen-
sino, apenas, otra vuelta de perro
sobre su propia sombra.

Sobre el riel de la tarde

Un tren que tose sobre el riel de la tarde
atraviesa
descampados y pueblos
con sus fogatas, sus carros cartoneros,
sus campanas de misa
a contracanto.
Se suceden letreros con nombres de sitios
imposibles,
techos caídos como párpados grises,
limoneros,
gallinas,
                                                               tomateras,
vacas que se olvidaron de mugirle al hastío
Detrás de los cristales del vagón va un muchacho,
cuaderno y lápiz, por único equipaje.
Anota
basurales,
terraplenes,
fábricas
(esqueletos de fábricas en mitad de la nada).
Apunta
perros expulsados del paraíso,
niños en bicicleta,
caballos,
calles de tierra que él caminaría hasta hallar
en un recodo
el río,
si no fuera que va inmigrante y mínimo
a la buena del viento que lo empuja
 sobre el riel de la tarde.
Viajes
                                                           
“¿Qué fue de la vida de Beth Burton?”
decía el poema que escribí una mañana
en un viaje de tren
mientras cruzaba por fugaces provincias
de veinte años
con los ojos perdidos entre hogueras y ciudades
a medio dibujar en el fondo del cielo.
De vuelta a casa, vino conmigo  el cuaderno de  versos
de la ausencia
Y Beth , mi compañera de banco de la escuela,
toda sonrisa y trenzas,
se quedó a vivir en diez renglones, a la espera
del próximo recreo.
Cierto día  el viento se metió en mi casa
y  se llevó el cuaderno
a  morir en las quemas ,no aquellas
que escoltaban los vagones en marcha,
sino en las del odio,
que por entonces celebraba sus bodas
con la muerte.
Beth Burton ,
su memoria de papel, su padre
Biblia en mano, su casa a la que nunca entré,
se fueron por el humo, pájaros
de otro viaje
del que aún
no regresan.


La espera

Abuela Ema colocó tierra negra en maceta y se sentó a esperar.


La llovizna
no le pidió permiso, no dijo buenas tardes ni de dónde
venía.

Simplemente bajó
al hondo silencio y allí se echó a dormir
hasta que un día sin saludo
ni aviso
la gota se hizo tallo
colibrí
en la cintura de lo verde.


Abuela Ema ya no estaba en su silla de paja.

Una luz
recién hecha
bailaba
sobre  el patio.






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