Poemas de la última salida - Elder Silva
La poesía es un gorrión
bailando en un cable de
220
y eso es todo
¡no insistan!
la poesía es un pájaro
que tiembla
Champú
Con tu partida
no se acabó el verano,
ni primaveras ni otoños
dejaron de moverse,
ni aquel acantilado de
basura
se evaporó del barrio.
Pasaron los carteros
y los tauras,
los vendedores de gas
y los delivery.
Los buses recorrieron
el barrio como siempre
y la vecina del tercero
no preguntó por vos.
El mundo no se paró
con tu partida.
Solo ese frasco
de shampoo Sedal para
cabellos secos,
en el baño
da cuenta de tu ausencia.
Porque a decir verdad,
ahora que no estás,
¡no se termina nunca!
Champú
Con tu partida
no se acabó el verano,
ni primaveras ni otoños
dejaron de moverse,
ni aquel acantilado de
basura
se evaporó del barrio.
Pasaron los carteros
y los tauras,
los vendedores de gas
y los delivery.
Los buses recorrieron
el barrio como siempre
y la vecina del tercero
no preguntó por vos.
El mundo no se paró
con tu partida.
Solo ese frasco
de shampoo Sedal para
cabellos secos,
en el baño
da cuenta de tu ausencia.
Porque a decir verdad,
ahora que no estás,
¡no se termina nunca!
Poemas de la cuarta salida - Leonardo Lesci
Río de la Plata
El río de la plata está bajo e ingreso en él por el lado ciego,
el agua merma
todavía más
como una mujer penetrada por los pasos de un baile bizarro.
El río de la plata está bajo y por él avanzo.
Quisiera llegar al eje de las dos orillas, quisiera llegar al río mismo
que está en el barro
tal vez
en el barro
Rabiosamente avanzo por la arena hacia la liviana melodía
hacia el sexual garabato de las formas
El agua da paso como si fuese avanzada por un hombre
timonero de carne
el agua cada vez es menor
pero quedan indicios de que alguna vez estuvo
el río de la plata está en el centro porque en sus orillas
el río de la plata está bajo
el río de la plata es un plato vacío del mar
De las dos orillas surgen luces que confirman que estamos en el Plata.
Yaceré sobre ciénagas el tiempo que sea necesario.
*
* *
Sé que esta es la lógica del tango pero yo hablo de otras razones.
Una bióloga porteña me dijo un día que el río de plata era una gran palangana de sedimentos
asquerosos
Le hice caso. Prometí que no escribiría más poemas platenses.
Desde entonces solo digo palabras que retumban en un charco.
Por ejemplo:
El río de la plata está bajo y me alienta –rabioso- a caminar por él
hasta ser succionado en el lodo de sus dulces arrabales
y entro
por su lado ciego
con prolijos pasos a la silueta fangosa de la noche
y entro
porque el río está bajo
y el agua da paso como si fuese una mujer rendida ante la muerte.
Poema de amor
Serás como una poesía atravesada por ángeles me dijiste en una letra que
se extendió sobre mi cuerpo,
en una escritura hecha de flores y animales que eran del cielo dulces
bestias
serás una poesía atravesada por ángeles dijiste en el cuerpo de mi vida
que eran los sonidos de la lengua y así mi cuerpo comenzó a escribirse:
el amor violento del que suelo hacer uso selecciona este monte de la
bahía
el sexto monte de la bahía mirando de este a oeste
para el nacimiento
pero las coordenadas geográficas y los registros espaciales de la
bitácora que tan bien ordenan el camino no saben del libro con que se escribe
la vida de arena
Todo ángel es terrible cuando posa su boca eléctrica en la losa
plana del origen
sin embargo
serás como una poesía cargada de ángeles dijo
e hiciste caso
porque el amor es violento aunque quiera disimularse
desde esta bahía
monte sexto de este a oeste
el amor es violento como un ángel
cuando inclino la mirada hacia la noche enamoro instantáneamente
y un desequilibrio de ausencias fatigantes
suenan en el espacio
con lamentos
Serás como una poesía atravesada por ángeles sentenció pero las letras
hechas de pétalos se dispersan en la piel de arena
y la traza indescifrable es música
gestos divinamente endiablados
músculos de un dios sorprendido
Todo ángel es terrible cuando suspende y aloja sus labios en el
líquido negro de la noche
sin embargo
serás como una poesía atravesada por ángeles dijo
e hice caso
como los rayos penetrar al mar
como el río fragmenta la pradera
-monte sexto de la bahía visto de este a oeste-
como
…la sangre astilla los ojos
serás poesía de ángeles atravesados
a pesar de la muerte …
la belleza verá sus formas más
excelsas de la desgracia
Todo ángel es terrible cuando respira la nieve del plato oscuro de
la noche
hasta la última humedad de la planicie electrizante
Todo ángel es violento como el amor
Candombe
Yo deseaba una morocha que vibrara
una de esas mujeres embarradas
que atravesando el Plata –quién sabe de qué
acorazonada región- se sumergieron en la piedra rítmica del sur
que abrazadas al murmullo de una noche ofrecen una
sonrisa protectora
una sonrisa como un telar de flores
una sonrisa como racimos de alegría
una sonrisa como una puerta al infinito
deseaba una
sonrisa como un gesto humano como un brillo de la
carne.
Yo deseaba una morocha que vibrara
incandescente
en éxodo de cuerpos al infierno
tras el horizontal camino de cueros percutidos
el deseo de
una morocha que vibrase
y abrazada a la noche de la piedra rítmica siluetease
en la calle un río quebrado
-como una sonrisa protectora-
yo deseaba una morocha que vibrara.
Hoy es el día de la virgen
los resplandores que ves en esta piedra helada al sur
los ecos del barro eléctrico
el gesto atrevido en el agua
las muecas en los ojos cuando vieron la luz en una orilla oscura y
silenciosa
los nervios del barro cuando el río se supo mar
la incontinencia del mar que se supo río
un pentagrama acuático de melodía fronteriza
Hoy es el día de la virgen
y el río abre espiritual
como puente luminoso sobre el cimiento de las cosas,
el maculo del sur
se licua
sobre el músculo hidráulico del planeta
y pronto será música
Hoy es el día de la virgen
y conviene que ericemos los ojos en la miel de la crisis
antes que las ciénagas virginales
levanten rejas místicas
no hay viacrucis capaz de entender la flagelada forma con que la virgen
estaciona sus piernas en el lodo
sus
virginales olas humedecen el ánimo
Hoy es el día de la virgen
también
en este valle laico de gestos
en la noche plástica de los excesos
el día de la virgen en mi cuerpo
el día de la virgen
como una imagen profanando mi ser.
Poemas de la tercera salida de Ruth Kaufman
No vendemos
chorizos caseros
No vendemos
gurisas en cueros
Margaritas o
chanchos en cuotas
La caricia del
viento en un cero
Dentaduras
hechas pelota
Lluvia vientos
granizos heladas
No vendemos
cigarros Nevada
Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada
Vendemos
Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada
Nada es nuestra
palabra
Nada es nuestro silencio
Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada
Somos
Solo somos
Solos no somos nada
Pero naaaaaaaaaaaaaaaada
Somos
-------
Corazoooooooooooooooooon
Un corazón
Un corazón
sincero
Un corazón sincero
que no se bifurque
Corazoooooooooooooon
Al menos un
momento
Acá no importa
el vento
Pasado y
ambición
La música
entrevera
Y en su remolino
lleva
Lejos la soledad
La música
entrevera
Y en su remolino
lleva
Papeles, uñas
pintadas,
arrugas, billetes,
ideas,
vaivenes,
patadas,
hebillas,
fobias, credos, cruces,
manías, sabores,
recuerdos,
bolsillos,
acordes, eses, erres, caricias, cariños, cargas, caídas, levantes,
y en su remolino
lleva
Lejos la
identidad.
-------
PescadOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOr
Todos los viernes, el pescador alarga las o
, cantor de ópera en esos segundos.
Lo oigo
desde la mesa, la cocina, la barraca, el almacén.
Ni un vecino del Real escapa a sus
vibrantes oooooooo
Con las que mete en oídos y heladeras
su patí, bagre blanco, chancho armado,
sábalo;
pescados frescos de río prontos para freír.
No intercala a Zitarroza como el vendedor de
la bolsa de papas,
no tiene voz de locutora liquidando la
tienda El Triunfo
no pasa marcha como las guías de Antel
pero
la desmesura
de sus OOOOOO nos inspiraron.
Hacer del altavoz un medio, volver parlante
la poesía
que
yire por las calles con el volumen
prepotente que conviene al pregón.
Corazoooooooooooooooooooooooooooooooooooón
-------
PescadOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOr
Todos los viernes, de una manera
francamente exagerada incluso para el género pregón, el pescador alarga las o, cantor
de ópera en esos segundos. Lo oigo desde el escritorio, la cocina, la barraca,
el almacén. Ninguno vecino del Real escapa a su temible vibratto con el que
mete en los oídos y – en innumerables
heladeras - su bagre blanco, su patí, su chancho armado, su sábalo; pescados
frescos de río prontos para freír. No
intercala a Larralde como el vendedor de la bolsa de papas, no tiene voz de
locutor como el de la tienda El Triunfo ni pasa marcha como las guías de Antel
pero la desmesura de sus OOOOOO nos
inspiraron.
Hacer del altavoz un medio, volver parlante
la poesía, que yire por muchas calles con el volumen prepotente que conviene al
pregón.
Contamos con el factor sorpresa. Se supone
que es, al menos, la mitad de su función.
Poemas de la segunda salida
Sebastián Rivero
esta Polis
llamada
Leviatán
llamada
Contrato Social
llamada
Dictadura del Proletariado
esta res (o vaca)
pública
da tajadas (diferentes)
a todos.
***************
la educación destroza la sensibilidad
crea hábitos
fascistas
populistas
(¡viva el pupitre individual!)
guitarra negra
lógica del matadero.
(del libro inédito Respública)
***************
la piedra en la imagen fotográfica
a Martín Adán
pero si la piedra donde
el visitante pisa y pasa
el aluvión gris
precipitado en fango
nada ya retiene
ni lamento ni dolor
ni podredumbre
ni tiempo ya
ni siquiera tiempo
mientras el turista
consagra el instante
con su cámara
y pisa y pasa
pero estas piedras
que palparon el tiempo atroz
agonizante
se convierten ya
en lustroso espejo
del instante fotográfico
que se pisa y pasa
porque desde las alturas
de machu picchu
a esta austral ciudadela
todas son piedras
amontonadas para la kodak
- dijiste -
para no saber donde
comienza el yo y el sentido
deambular como los otros
ser un turista más
entre los gringos
-dijiste-
ya nunca más
preguntarle a las piedras
y a su tiempo muerto
por qué el instante
ya ahora
y en los ahoras que sigan
- pisa y pasa dijiste –
negará cualquier razón
cualquier palabra
porque sólo la piedra
en la imagen
fotográfica
es la verdad.
el anunciado
a Jacobo Fijman
la mortaja callada en los labios
con la ansiedad y la angustia
repasas sólo la vida más allá
de los muros
ves el deambular de los cuerpos sin alma
dentro tuyo todo ha pasado
y el invierno invade la ciudad
allí dentro, en el Borda
es blanco todo
las noches blancas
los días blancos y sin espera
y dios lleva pilcha de loquero
y aunque te hagas la señal de la cruz
los molinos van a darte contra la quijada
y no serás ya más, no
el anunciado, el amado de los dioses
no serás más el lector de Santo Tomás
el que descifra en los cristales de las iglesias
el resplandor de mártires iluminados
el cristo rojo de tu sangre
ya estarás muerto mirándote al espejo
preguntando donde está la vida, quién eres tu,
quiénes aquellos, quién el otro, que te acecha en la ventana
miras tus manos dibujando la curva del destino (estás viejo)
estallarán en tus ojos las imágenes
afuera, dentro tuyo, en todas las ciudades
seguirán rondando los enfermos.
***************
una ciudad derruida
crisantemos de estopa
oro ácido, o terciopelo
bocanada de sombra
y placer desvelado en los cristales
las entrañas se sienten
como una ciudad derruida
bajo la piel
floración absorta
recorriendo
los circuitos de la sangre
elementos vegetales
pudriéndose sin perfumar
metales oxidados
cuervos de pelambres muertas
la osamenta es un animal
que respira.
***************
del verde al incendio
osamentas calcinadas agonizan
donde los años
(ya que no estos ojos)
el bosque vieron
(en humo los pinos se evaporan
la humedad relumbrante
en negro muñón de tierra
yace)
no hay distancia
de la sombra a la sombra
en la espesura
de lo verde al incendio
no hay distancia, si en un
instante exhala, quema, se apresura
como estos años, estos ojos
que la sombra envolverá en cenizas.
Melissa Pozzo
I.Tomo la palabra
aquella
la que pronunciaste
quisiera asfixiarla
-impronunciable-
me la trago
Mis papilas gustativas
se expanden
-agridulce caramelo de morfemas-
como todo lo efímero
desaparece
cuando quiero que resuene.
…………………………………..
II.
Donde se esconde
la mujerzuela alada
sus cosquillas
en mi garganta
ya no aletea mi voz
-polilla del pensamiento-.
III.
La noche
se hizo puño
sobre mi voz
hematoma
sin lenguaje
mujer
desapalabrada
soy
La palabra
son los otros
Yo
soy la afasia.
……………………..
IV.
carne
es un sustantivo débil
mujer u hombre
términos inexactos
solo la palabra
solo
la palabra
puede ardernos
- léxico de la piel
sin diccionario-
……………………………….
V.
Cómo nos gusta
esta tarde de otoño
el recuerdo a deshoras
y la vida que pasa
-palimpsesto prohibido
entre tus manos-.
………………………
VI.
Que alguien se coma mi vacío
se lea mi diccionario sin pasos
de palabras sin audacia
se duerma con este dolor sin decisión
y se despache la culpa
por un amor mal curado.
…………………………………………
VI
Otra mujer duerme bajo mi piel
- memoriosa dermis mágica-
Huracanes de otros tiempos
de otras tierras:
historias épicas de poderosas afroditas
la despiertan
de tanto
en tanto
Y me declara una guerra
Toditos los poemas del mes de marzo
Elena Lafert
Movimiento de las palabras
como peces nadando
en mar de brumas
van mis palabras
a la deriva
Movimiento del agua
desde mi balcón
me lleva el río
de ola en ola
hacia el horizonte
para ser parte del mar
en la orilla
silban
las agujas de los pinos
y la llovizna
marca el agua
con el color del retorno
La suave curvatura
después de un viaje pude recordar
el hogar
siempre estuve escribiendo
una canción de la infancia
que amaina los dolores
estampada en hojas de seda
se desvanece
cuando termine de llover
se habrá ido el verano
en la suave curvatura/ de un ala
después de un viaje pude recordar
el hogar
siempre estuve escribiendo
una canción de la infancia
que amaina los dolores
estampada en hojas de seda
se desvanece
cuando termine de llover
se habrá ido el verano
en la suave curvatura/ de un ala
La vieja magia
-tal vez tu adentro está afuera- dijiste
y con tan poco
se hizo una luz
Movimiento de relaciones ocultas
bajan pájaros
a comer / en bandadas
alejan el frío
como sucede
cuando dibujo
palabras en tus manos
ahora escribo
roce de espuma escalando tu cuello
seda en el lóbulo de la oreja
malabar de la noche en el arco de la ceja
el perfume de fresias
flota en el jardín
urgente y próxima tarea
reescribir el mundo
Movimiento de los límites
año tras año
la enredadera
en un acto de magia
borra el límite
de mi jardín
Separación
la vereda blanca de azahares
separados del pomelo
cuerpos rotos pisoteados
perfume que persiste
soy prisionera
de las distancias
Poemas de Luis Carro
Canción de Antonio
Antonio, mi tío violinista,
los sábados de noche salía
-estuche y traje negro-
rumbo a aquellos bailes de galpón
en parajes perdidos,
o a las quermeses a campo raso,
con la pista regada y paredes de bolsa.
Campana,
Tres Esquinas,
Costas del Colla,
Paraje Sarandi,
Vecinos
a caballo o en forchelas,
la eternidad pactada entre tangos y trillas.
Con el lunes a cuestas,
Antonio, mi tío violinista,
volvía
- traje y estuche- silbando
“Caminito” o “El Choclo”,
herido de rocío
como un gallo aprendiz
celebrador
del alba.
Los recuerdos no existen
El tiempo , perro estúpido,
da vueltas sobre su propia sombra,
mordiéndose
la nuca.
Aquí
sobre esta mesa
que hace cuarenta años era pájaro,
hoy pulso
una cuchara de sopa,
la que usaba mi madre,
y vuelvo a oir su voz, su paso de gaviota
picoteando en las rocas,
su risa de lentejas,
señalándome que si ella sigue allí
no es un recuerdo
-los recuerdos no existen-
sino, apenas, otra vuelta de perro
sobre su propia sombra.
Sobre el riel de la tarde
Un tren que tose sobre el riel de la tarde
atraviesa
descampados y pueblos
con sus fogatas, sus carros cartoneros,
sus campanas de misa
a contracanto.
Se suceden letreros con nombres de sitios
imposibles,
techos caídos como párpados grises,
limoneros,
gallinas,
tomateras,
vacas que se olvidaron de mugirle al hastío
Detrás de los cristales del vagón va un muchacho,
cuaderno y lápiz, por único equipaje.
Anota
basurales,
terraplenes,
fábricas
(esqueletos de fábricas en mitad de la nada).
Apunta
perros expulsados del paraíso,
niños en bicicleta,
caballos,
calles de tierra que él caminaría hasta hallar
en un recodo
el río,
si no fuera que va inmigrante y mínimo
a la buena del viento que lo empuja
sobre el riel de la tarde.
Viajes
“¿Qué fue de la vida de Beth Burton?”
decía el poema que escribí una mañana
en un viaje de tren
mientras cruzaba por fugaces provincias
de veinte años
con los ojos perdidos entre hogueras y ciudades
a medio dibujar en el fondo del cielo.
De vuelta a casa, vino conmigo el cuaderno de versos
de la ausencia
Y Beth , mi compañera de banco de la escuela,
toda sonrisa y trenzas,
se quedó a vivir en diez renglones, a la espera
del próximo recreo.
Cierto día el viento se metió en mi casa
y se llevó el cuaderno
a morir en las quemas ,no aquellas
que escoltaban los vagones en marcha,
sino en las del odio,
que por entonces celebraba sus bodas
con la muerte.
Beth Burton ,
su memoria de papel, su padre
Biblia en mano, su casa a la que nunca entré,
se fueron por el humo, pájaros
de otro viaje
del que aún
no regresan.
La espera
Abuela Ema colocó tierra negra en maceta y se sentó a esperar.
La llovizna
no le pidió permiso, no dijo buenas tardes ni de dónde
venía.
Simplemente bajó
al hondo silencio y allí se echó a dormir
hasta que un día sin saludo
ni aviso
la gota se hizo tallo
colibrí
en la cintura de lo verde.
Abuela Ema ya no estaba en su silla de paja.
Una luz
recién hecha
bailaba
sobre el patio.
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